Antes de comenzar con el post quiero dejar claro que lo que voy a expresar en el, es mi opinión personal, reflexión o punto de vista. Respeto totalmente cualquier otra opinión que no sea similar a la mía.

Desde que Marco y yo nos conocemos, intentamos sacar tiempo cada año para viajar justo después del puente  de la Inmaculada. Viajar en esta fecha a otras ciudades de Europa nos gusta mucho. Disfrutar del frío, la lluvia, el ambiente navideño, la iluminación de las ciudades es algo que nos llena de vida. Las personas que me siguen vía Instagram stories habéis podido ver que he pasado unos días en  Londres, ciudad que me enamora y me encanta.

El principal motivo de visita a esta ciudad era por poder llevar a Julieta y Alejandra a los estudios de la Warner Bros, y poder hacer todo el recorrido de la temática Harry Potter, que también nos encanta a los cuatro.

Al ser un viaje familiar el ritmo es más lento, con lo cual antes de salir de casa ya había decidido de no visitar ninguna tienda de maquillaje, cosa que como habéis podido comprobar en las historias de Instagram no he cumplido.

Para nada quiero excusarme, pero tengo que decir que ha sido todo muy pero que muy casual. Al bajarnos del bus en Oxford Street estuvimos callejeando bastante y ¿Dónde me llevó el destino?, Pues a una calle decorada con motivos de carnaval y dónde estaban instaladas las boutiques de Too Faced, Benefit, Birchbox y Urban De Cay.

Cómo sabéis, en España tenemos muchos puntos de venta de diferentes marcas pero tiendas exclusivas de firmas concretas muy pocas. Con lo cual podéis imaginar cómo me vine arriba al ver en una misma calle esas boutiques. Subidón total.

De las firmas Too Faced y Benefit no me suele llamar la atención ningún producto, ya que, sus productos los veo demasiados enfocados al cliente no profesional. Pero he decir que la estética de esas marcas me fascina. Todo super “cuco” , solo por el diseño me dan ganas de tener de todo.

Urban de Cay me atrae bastante más, soy muy fan de las paletas Naked, les suelo dar muchísimo uso. Mi sorpresa fue al ver los precios, casi 15€ de diferencia en la famosísima paleta Naked Heat y en ese momento sin pensarlo hice stories proponiendo si os apetecía un sorteo con cositas de Urban De Cay. (Evidentemente la respuesta por vuestra parte la imaginaba)

En ese momento no compré nada y esperé al siguiente día para ver vuestra respuesta. En un par de horas había hablado con bastantes chicas que me recomendaron sitios y tiendas donde poder visitar otras firmas de maquillaje. El subidón máximo me dio al entrar en los almacenes Selfridges, ahí señoras mías , ahí se mueve todo el cotarro de cosmética que os pueda interesar como amantes del maquillaje.

Anduve de un lado a otro asombrada por tanto producto bonito que allí había. Paletas de sombras super tentadoras y un montón de mujeres gastando pasta a mansalva. Por un momento me dije; venga Marijose cóge lo que más te guste. Mire cositas en Victoria Beckham, Huda Beauty, Charlotte Tilbury,  y en varias firmas más. Realmente era difícil decidirse por algo rápidamente, ya que allí había para escoger entre un montón de productos y de todos los precios. Bueno, de todos los precios no, económico no había nada!!

Después de unos minutos revoloteando por allí con mi familia detrás de mi, volvió la humanidad a mi cuerpo y dije ¡vámonos!, no quiero nada.

Chicas/os, realmente estaba allí buscando el comprarme algo por puro capricho, sin necesidad alguna. Bueno quizás la necesidad que sentía era la de contribuir al derroche que allí estaban viendo mis ojos y que, creedme, es muy difícil de esquivar estando en el sitio donde todo absolutamente todo te llama la atención. En ese momento sentí pena y tristeza, y por supuesto no por el motivo de irme con las manos vacías. Sentí pena por la de mujeres que allí había, alborotadas, de todas las clases sociales y que hacían cola para pagar sus productos seleccionados. De camino a la puerta más cercana de salida, fui dandole a mi señor esposo la charlita que tenía en mi mente en ese momento.

-Marco, es increíble el derroche que estamos presenciando.

El, por supuesto,  también veía lo mismo que yo.


Ahora os voy a contar el como me rompí en llanto y el motivo de mi agradecimiento a la vida en ese momento.

No sé si fue Dios, si fue la casualidad, si fue mi propia intuición o mi desorientación en aquel lugar. La cosa, es que al salir a la calle me estaba esperando el momento más bonito del viaje sin duda.

La luz del día era mágica, la hora perfecta, el ambiente maravilloso y el sonido celestial, faltaba yo, faltaba mi familia, estábamos siguiendo la corriente de la sociedad consumista pero en un momento de cordura fuimos capaces de salir de esa corriente y fuimos a desembocar en un momento mágico que sin duda estaba allí para nosotros, para hacernos sentirnos humanos y por supuesto hacerme sentir viva.

 Os comparto por aquí los stories que publiqué por si alguien se los perdió y para tenerlos aquí como recuerdo especial del viaje a Londres.

Creo que con este tocho de texto que os he dejado arriba, sobra el seguir escribiendo cual es el mensaje que quiero mandar, pero si os voy a dar unos consejos. Consejos que también doy a mis alumnas:

Comprad por necesidad y no por capricho. Los caprichos están bien en momentos puntuales pero estoy segura que no es lo que os dará la felicidad.

El marketing de casi la mayoría de firmas cosméticas nos hacen tener necesidades , no caigáis en la trampa, posiblemente esa necesidad ya la tenéis cubierta con algún otro producto en tu maletín.

El mundo blogger, youtuber e instagram también hace mucho daño, aunque por suerte aquí somos nosotras libres de elegir a quien seguir y a quien no. Depende de vosotras mismas el escoger bien.

 

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